Año: 2017.
Duración: 104 minutos.
País: Gran Bretaña.
Dirección: Bharat Nalluri.
Guion: Susan
Coyne. Novela:
Novela: Les Standiford (con igual título).
Música: Mychael
Danna
Fotografía: Ben Smithard
Reparto: Dan Stevens, Christopher Plummer, Jonathan Pryce, Miriam Margolyes, Simon Callow, Bill Paterson, Cosimo Fusco, Annette Badland, Justin Edwars, Sean Duggan.
Género: Drama.
«Estimado Fuster.
¿Cómo puedo darte la más leve noción de mi recibimiento aquí en América? De las multitudes que entran y salen en tropel. De las personas que llenan las aceras cuando salgo. De los bailes, las cenas, los discursos, las fiestas, las reuniones sin fin. No ha habido rey ni emperador sobre la Tierra tan celebrado…»
En esta serie de escritos sobre películas de temática navideña que estoy trayendo al blog hoy quiero detenerme en “El hombre que inventó la Navidad”. Es una película que pasó por taquilla sin pena ni gloria, pero que la considero sumamente interesante porque se habla de un Charles Dickens poco conocido.
No quiero referenciar a un Dickens exotérico, misterioso o darkiano. Tal vez sí a un Dickens desde un punto de vista psicológico en estados alterados de conciencia. Esta película, aunque no lo ahonda en la totalidad que debiera, sí que es un referente de tales hechos.
Comencemos por el principio como es su título: ”El hombre que inventó la Navidad. Esa es una afirmación totalmente rotunda. Antes de la aparición de Cuento de Navidad, esta festividad se circunscribía a la intimidad del hogar y a los oficios religiosos. Sobre todo a esto último. No existía lo que luego fue los adornos, luces, escaparatismo y ornamentaciones y lo Divino. Cosas que hoy nos parecen normales, pero que fue la novela de Dickens quien la introdujo socialmente. No puedo negar que podían existir estas cosas, pero siempre de manera muy circunscrita a familias pudientes e iglesias.
Por otra parte, en la película nos muestra a un Dickens que vivía entre fantasmas (para su desgracia algunos hasta vivos). En ella se nos muestra como se le aparecían en su despacho, pero la realidad era que se le aparecían en sueños. Él ideó un sistema de duermevela donde escribía en la oscuridad lo que visionaba en ese estado alterado de conciencia. Ideó esa manera de escribir y Cuento de Navidad se pergeña en tal estado. Pensamiento mágico por decirlo en un lenguaje romántico.
Estoy totalmente de acuerdo que Dickens inventa la navidad popular y callejera. Pues la saca de su cautiverio hogareño y eclesiástico para entregársela al pueblo.
Recordemos que Cuento de Navidad" constituyó el gran éxito de Charles Dickens en 1843. Pero sus tres obras anteriores le supusieron rotundos fracasos. Ningún editor quería publicarle y él mismo se vio obligado a publicar su nueva obra para paliar las dificultades económicas por las que estaba pasando.
Sobre la película no voy a engañarlos. No es una gran película. Un gran reparto sí, pero se esperaba más de ella. Aun así, nos muestra la realidad de Dickens en aquellos difíciles momentos para él donde estaba acuciado a deudas y la creación de su obra coral. Y aparte de eso nos muestra a un Dickens con problemas no resueltos de la infancia, sus problemas filiales, sobre todo con su padre, y un matrimonio que, aunque sólido, es muy fuertemente golpeado. Lo que se une a lo que siempre ha pasado entre muchos escritores. La envidia y el derribo social mediante la calumnia.
Es una película que aunque no satisface las expectativas de espectadores como yo, tiene momentos de tedio, es un film entretenido y que vale la pena ver. Siempre y cuando se acepte ese Dickens de pensamiento mágico y en estados alterados de conciencia en ese duermevela donde transitaba el mundo de lo tangible e intangible. Pues fue en ese mistérico mundo donde la Navidad llega a las calles y dónde se crea una de las obras maestras de la literatura universal.
Sobre un Cuento de Navidad ya hablaré dentro de poco y no precisamente de la genialidad que es el libro sino de una de sus versiones cinematográficas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario