lunes, 12 de diciembre de 2022

Pinocho.

 

Acabo de ver esta última versión de este popular cuento esta vez llevada al cine por el gran Guillermo del Toro.

Pinocho es un cuento que nunca me ha gustado o dejado de gustar. Ni siquiera lo he leído, pero ciñéndome a la película he de confesar que me ha gustado. No es un film con un rol navideño, pero sí que tiene conceptos que debemos tener presentes y que suelen reforzarse en estas fechas.

La película técnicamente es una genialidad.

Para durar dos horas, que siendo enfocada a un público infantil tal vez sea excesivo, la verdad es que se hace corta porque está en un ritmo de acción constante.

Unos personajes muy logrados en su máxima profundidad y roles asignados.

En ella se desarrollan conceptos como la vida y la muerte, nuestro tiempo vital y el cómo aprovecharlo.

Igualmente, el valor de asumir las pérdidas y el valor de la amistad.

Tiene la dualidad del amor incondicional de un padre hacia su hijo, representado por Geppetto hacia Carlo/Pinocho (correspondido) y a su vez el amor incondicional de un hijo a un padre (no correspondido) como el de Polilla hacia Podesta. Socialmente nos muestra el sufrimiento de no encajar y la decepción de los hijos hacia los padres y viceversa.

También tiene su toque filosófico en lo referente a la inmortalidad.

Es una película políticamente incorrecta. Algo muy raro, y de agradecer, en estos tiempos de ofendiditos y peritas en dulce. En ella vemos la historia crudamente cómo fue y a algunos de sus personajes. Sin paliativos.

Se nos muestra igualmente la crudeza la de la guerra y de como afectó a la infancia y juventud.

Mi nota es un 5/5. Totalmente recomendable de ver porque pasaran un rato entretenido. Guillermo del Toro sigue siendo calidad de cine y magia. Una vez más lo demuestra con esta versión de Pinocho.

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