¿Conspirará el universo para abrazarlos? Esperemos que sí. |
Es viernes y toca reflexión.
En esta misteriosa madeja de hilos invisibles que es la vida a saber a quién encontraremos o no. Tal vez en otro lugar haya alguien quien baile en la misma armonía que uno en la danza cósmica y tarde o temprano se cruce en nuestro camino. Otras veces bailamos lo mismo y jamás nos cruzaremos. Cuerdas que debían unirse, y que avanzan por un mismo sendero, pero sin cruzarse. Otras veces bailamos distintas armonías y nos cruzamos con personas con las que en un principio hay receptividad mutua. Pero nuestras cuerdas no establecen un nudo porque nuestros espíritus no forman un todo en uno y un uno en todo. Eso es todo un misterio del por qué se unen cuerdas para toda la vida y otras ya unidas, o incluso antes, se deshacen como papel mojado.
En física cuántica lo llamamos la teoría de cuerdas. Yo prefiero decir que no existen las casualidades de la vida sino las causalidades. Sean para bien o para mal, siempre, aunque cada hebra de esa cuerda no se hilvane con la tuya, hay un aprendizaje. Aunque a veces se tenga que pagar por ello un alto precio que hace hasta que la cuerda se debilite. No es fácil unir dos cuerdas que a su vez originen una sólida y única cuerda.
Hay una canción de Melendi que se titula “Destino o Casualidad” que la asocio totalmente con la imagen que acompaña esta reflexión. Es una canción preciosa que la comparto con todos los lectores de la Biblioteca Hiperbórea desde el canal en YouTube del propio Melendi.
Indudablemente esta tarde me dio por filosofar con las cuerdas en sentido metafórico.
Saludos y buenos libros.
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