Un nanómetro son 000000’1 mm. Pues aún mucho menos que eso, hasta llegar a 000…’1 (32 ceros seguidos) de milímetro (un Planck) bastan para romper y vaciar el corazón de una persona en su sentido afectivo y sentimental. Las grietas no se ven, pero ahí están. Tampoco se va notando como ese corazón se desangra. Es un proceso lento y silencioso, pero continuo.
Amor, desgaste, descuido y fin. No hay más. Y así se produce todo el proceso que lleva a que las personas dejen de amarse o se rompa una amistad. Lo peor es que luego quedan almas frustradas. Desilusionadas. Sin sangre y sin cicatrices visibles, pero mutiladas en su interior. Porque un corazón se vacía rápido, pero sellar esa abertura y rellenarlo de nuevo eso sí que es difícil. Porque esa persona con problemas cardiacos en lo sentimental se vuelve fría, desconfiada, distante. Personas que ríen con ganas de llorar y que sus sueños son el insomnio y la tristeza. Recelosos ante personas que quieres ser mecánicos/as del corazón y devolverles la luz y la alegría.
Dicen que lo que está para uno no está para nadie. No comparto esa afirmación. Al menos en parte. Lo que está para uno sí que puede estar para otro si no se sabe cuidar. ¡Que malo es un corazón roto! Pues esa brecha de un nanómetro cada día va agrandándose. Nanómetro, micra, décima, milímetro, centímetro… hasta que se fracciona y deflagra en mil pedazos. Y ese líquido tan preciado como es el elixir del amor se desparrama y se pierde.
El hambre es el deseo más intenso que conocemos. Pero el hambre puede calmarse fácilmente, saciarse con facilidad.
Existe otra fuerza. Un tipo diferente de hambre. Una sed insaciable que nunca puede calmarse. Su existencia misma es lo que nos define. La que nos hace humanos. Esa fuerza es el Amor. El Amor es la única fuerza que no se puede explicar. No puede reducirse a un proceso químico. Es el faro que nos guía de regreso a casa cuando no hay nadie allí y la luz que ilumina nuestra perdida. Su ausencia nos priva de todo placer y de la capacidad de dicha. Y tiñe de oscuridad nuestras noches y de tinieblas nuestros días.
Ay la grietas, las grietas del corazón. Yo creo que cuando uno llega a ciertas edades y fracasos ya se puede permitir la licencia de escribir éstas cosas. Revisen siempre la estructura del corazón para tenerlo siempre lleno de cosas bonitas y no rotas 💓💔🤍
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