Un blog de reseñas de libros siempre va a ir aparejado, se quiera o no, a otras artes como el cine y la música. En este año 2024 quiero dedicar los viernes, a ser posible, comentando algún fragmento cinematográfico que me haya gustado por una u otra causa.
Sinceramente son tantos que no sabía por dónde empezar. He de avisar que como dice mi querida galena yo soy muy tikis mikis con lo del cine y series, pues es muy raro que vea películas o series más allá de 1990. De ahí hasta hoy en día no pongo en duda que no haya buenos títulos, pero cinematográfica y televisivamente me decanto por el siglo XX. Pero tenía que empezar por algo y en este caso va a ser por la banda sonora de Sandokan, serie basada en las fantásticas novelas de Emilio Salgari con el mismo nombre y que leí hace muchos años.
Sandokan, protagonizado por Kabir Bedi (por cierto, publicó hace poco un fantástico libro titulado Historias que debo contar: La vida emocional de un actor), fue una serie italiana de fenómeno de masas en su estreno en 1976.
Luego tuvo secuelas en películas e incluso series animadas.
Lástima que Emilio Salgari no llegara a ver el éxito de sus libros y uno de sus personajes más emblemáticos. Precisamente escribió Sandokan para intentar salir de la pobreza, peros se suicidó en el año 1911 acuciado por las deudas y por abusivos contratos de sus editores que se hicieron ricos a su costa. De Salgari lean su extensa obra de aventuras, pues no los defraudará.
¿Y por qué he traído esta reseña como la primera de todas? Por una anécdota personal. Me encantaba la serie y esta banda sonora. Siendo muy niño cuando la emitían me ponía delante del televisor y empezaba a cantar y bailar su sintonía, a la que hoy en día me sigue pareciendo fascinante y uno de los elementos que hicieron triunfar a la serie… Sandokan, lady Marianna Guillonk, Yánez de Gomera… ¡Ahh que tiempos de buenas series televisivas! ¡El tigre de Malasia siempre en mis recuerdos!