Esta semana nos llegó la triste noticia del fallecimiento de Claudio Biern Boyd. Hoy quiero dedicar esta entrada del blog a este señor que con sus creaciones televisivas tan felices nos hizo de niños.
Hubo un tiempo que, en este país, aún llamado España, había una televisión de altísima calidad. Y parece paradójico, pues de la época a la que hoy nos retrotraemos sólo había dos canales de televisión: La 1 y La 2 (y esta aún en blanco y negro). Pero era una televisión pública que tenía en alta estima a sus espectadores y eso confluyó en una serie de programas míticos para el intelecto colectivo de los que ya pasamos una edad.
Muchos tuvimos el enorme privilegio de disfrutar la obra de Claudio Biern en su máximo apogeo con series de dibujos animados como Ruy, el pequeño Cid, D´Artacán y los tres mosqueperros, La vuelta al mundo de Willy Fog y David el gnomo. Hubo más series, pero creo que estas cuatro son las que recordamos con más cariño, aunque en mi opinión la top es sin lugar a dudad David el gnomo.
Repito, era una época donde en este país se cuidaba a los espectadores televisivos incluido al público infantil y juvenil.
Han pasado décadas y el reivindicar la obra de Claudio Biern frente a las nuevas generaciones parece hasta banal. Es este conglomerado televisivo de tantos canales en TDT y en plataformas digitales y en esta época tecnotrónica donde ya un niño de apenas unos pocos años maneja un smartphone con total soltura. No me cabe duda que a la juventud de hoy en día le parecerá extraño elogiar series de dibujos animados como las referidas. Sinceramente los que tuvimos oportunidad de regocijarnos con estas series y en aquella fantástica década de los 80 podemos afirmar con total rotundidad y certeza que éramos muchísimos más felices y mentalmente sanos que ahora.
Aquellas series que daban por las tardes o los fines de semana en la sobremesa trasmitían unos valores humanos de los que hoy adolecemos. Podrían gustar más o menos, pero lo que nuca cayeron fue en lo soez y en la idea anestesiante en la que vivimos hoy en día. Series hechas para un publico y acotadas a su mente, que es la forma que debe ser la televisión como medio de entretenimiento masivo. Claudio Biern sabía perfectamente que el cerebro de un niño/a hay que alimentarlo con valores, con aprendizajes en base a aventuras ficticias, pero que haga que el pequeño espectador despierte su curiosidad por el saber, el viajar, la naturaleza, la historia…
Y eso fue lo que consiguió con todas sus series. Aunque hay una que como he referido más arriba fue el top y su obra maestra: David, el gnomo.
Recuerdo perfectamente su estreno en el año 1985 en la sobremesa de los fines de semana. Una seria fantástica que triunfó en España con aquel entrañable personaje de David y su esposa Lisa, acompañados de su fiel amigo Swift, un zorro que siempre andaba pendiente al requerimiento de David.
Una serie con un trasfondo profundamente humanista donde se ponía en alza valores que hoy en día se reivindican mucho, pero que se ejercen poco. David, el gnomo es una serie que se necesita con urgencia hoy en día. Cos sus buenos y malos personajes, porque la vida es así y los niños/as deben aprenderlo y saber discernir. Y como bien pone Wikipedia, copio textualmente:
La serie se caracteriza por un afán de transmitir unos valores más respetuosos con el medio ambiente que los usuales de los humanos. El primer capítulo comienza con unas imágenes reales sobre contaminación, destrucción, masificación, etc., haciendo hincapié en lo nefasto de estos comportamientos. Lo contrastan con el anti materialismo y pacifismo de los gnomos.
Durante la serie se presentan distintos animales y se dan datos sobre su comportamiento y costumbres, normalmente bien documentados. Lo mismo ocurre con las situaciones médicas a las que se tiene que enfrentar David.
Un rótulo en los créditos iniciales de cada capítulo recuerda que "Nadie es mejor por ser más grande", seguido a continuación de un texto compuesto de tres párrafos que aparece de abajo arriba en la pantalla, en el que se puede leer: "Esta serie está inspirada en la propia naturaleza y en realidad es ella la principal protagonista. Los nombres, personajes y situaciones han sido extraídas del libro secreto de los Gnomos, siendo totalmente verídicos. Han tenido que transcurrir muchos siglos para que los humanos tuviéramos acceso a la información más completa que existe sobre el mundo de los Gnomos".
No debe extrañarnos que fuera emitida en dieciséis países y en diferentes idiomas.
Pero si otro añadido más caracterizó la serie fue sin lugar a dudas su sintonía de apertura y cierre. Compuestas por María Rosario Ovelar, Javier Losada Calvo e Hilario Camacho se han convertido en un himno para los que fuimos niños y jóvenes en aquella bonita época.
Y a colación de sus sintonías quiero contar una anécdota para cerrar este artículo.
Soy una persona que consume muchísimo YouTube, apenas veo Tv y plataformas digitales por lo anteriormente expuesto. Hay veces que me gusta distenderme y vagar por YouTube viendo todo aquello que me gusta. Un día quise que mi vista y oídos volvieran a ver la entrada de David el gnomo. El volver a sentir aquella emoción del niño que ya no soy y nunca volverá. He de confesar que lloré de emoción viendo y escuchando aquella entrada. Tanto que la cantaba a viva voz mientras la feliz nostalgia me abatía y mi rostro se surcaba de lágrimas.
Eso es David, el gnomo y esas fueron, son y serán las series de Claudio Biern Boyd.
Que la Luz eterna y perpetua ya brille para este hombre que tan feliz hizo a tantas generaciones de niños con sus series. Que el Cosmos se lo pague en su infinita bondad.
Mi sentido pésame para familiares y amigos y para todos los que vivimos aquella época que hoy nos quedamos un poco más huérfanos y sumidos en la melancolía.
Descanse en Paz Claudio Biern Boyd.
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