Género: Novela.
Autor: Alberto Vázquez Figueroa (España).
Año de publicación: 1975.
«Al poco de abandonar las agitadas aguas del gran cauce del Amazonas y entrar en las quietas aguas del rio Negro, comenzaron a distinguirse al frente, muy lejos aún, las luces de la ciudad.
El timonel iba buscando intencionadamente la orilla opuesta y dio orden a los bogas de que aceleraran la marcha.
El hombre que aparecía encadenado junto a Arquímedes, y que apenas había dicho media docena de palabras durante las dos semanas que duraba el viaje, comentó:
-Manaos ¿la conoces?
Arquímedes negó con un gesto...»
Potentísima historia la que se desarrolla en las páginas de Manaos. En mi opinión, una de las mejores obras de Vázquez Figueroa. Un libro que nos lleva a través de un peligroso viaje por el Amazonas mostrándonos las grandezas y miserias humanas de un variopinto grupo de personajes. También es, no podía ser de otra manera habiéndola escrito tan magnifico autor, una obra donde se refleja sin edulcorantes la dura vida de los que recolectaban caucho bajo el férreo yugo de traficantes y esclavistas en la cuenca del Amazonas. Una historia ficticia, pero con una base de cruda realidad. Es de esas novelas que en mayor o menor medida nos causa impacto. Lo que allí sucedió en realidad fue un verdadero genocidio donde unos pocos se hicieron multimillonarios. El negocio cauchero, y el drama humano que conllevó, se vino abajo en la década de los años treinta del siglo XX y hoy en día su producción es totalmente sintética. Ya de esos hechos históricos hay muchas referencias en la Web que pueden consultar si tienen interés en saber más del tema.
Esta es una novela de esas que engancha desde la primera página. Nos sumerge como acompañantes invisibles en las aventuras y desventuras de sus protagonistas encarnados en Arquímedes, Howard y Claudia. Tres cautivos que huyen a través de la selva intentando llegar a Ecuador, acompañados de un misterioso indígena, también cautivo que huye, que los guía en su peligroso periplo. Una historia que se desarrolla por más de tres meses cruzando la Amazonía donde sólo la fuerza física y la determinación mental hará que puedan conseguir su objetivo. Todo ellos a su vez en un ejercicio mental por parte de sus protagonistas de un verdadero auto exorcismo para combatir sus fantasmas interiores. Admito que no es una novela suave o un tipo de historia estilo más cosmopolita y mundana. Al contrario, es de esas ficciones para reflexionar la maldad y grandeza humana en medio de lo más agreste de la naturaleza.
Debo reseñar que Arquímedes da Costa, el nordestino, fue un personaje que existió en la realidad. Vázquez-Figueroa lo conoció anciano y éste le relató sus vivencias personales en el Amazonas en charlas en la taberna de Irmao Paulista. Forjaron amistad y llegó a acudir a su entierro cuando el autor se encontraba en el Gran Río recogiendo datos para su libro “La ruta de Orellana”.
En Brasil tras la muerte de Arquímedes da Costa la prensa publicó un serial titulado “Las semillas del caucho”, que junto a los relatos contados por parte del protagonista a Vázquez-Figueroa fueron la base para este libro.
Esta novela fue llevada al cine en el año 1978. Dirigida por el propio Vázquez Figueroa y protagonizada por Fabio Testi, Agostina Belli y Jorge Rivero entre otros. Es una muy buena película y con un excelente reparto.
Incluso tiene, en mi opinión, una característica especial. Siendo dirigida por el propio autor no es un filme totalmente fiel a la historia del libro. Es más bien una historia alternativa en base a la historia base. Pero en la película, al igual que en el libro, por cierto, rodada en los mismos lugares donde se desarrolla la historia, es un film con mucho dinamismo y acción.
Esta es mi recomendación para hoy de esas pequeñas joyas que tengo en mi biblioteca. Es un libro, como todos los de Vázquez Figueroa que he leído, que los tengo a buen recaudo porque la narrativa que este autor despliega en sus páginas a mí me gusta bastante, pues refleja el mundo tal cómo es. Y Manaos bien podría ser cualquier historia real y anónima sepultada en las arenas del tiempo.
Saludos y buenos libros.
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