Género: Ensayo novelado.
Autor: Frank de Felitta (Estados Unidos).
Año de publicación: 1978.
«No hubo ninguna advertencia. Nada que permitiera predecir lo que ocurriría. Nada en absoluto. Se bajó del coche. Le dolía la espalda. Más tarde recordaría haber pensado entonces que el seguro de desempleo era una buena cosa, a pesar de que uno tiene que hacer lo que ellos quieran, y tendría que trabajar como secretaria. No le importaba hacerlo, pero le resultaba divertido. No sabía muy bien por qué encontraba cómica la situación. Sintió un pinchazo de dolor al cerrar la puerta del coche…»
Hay libros que te marcan sus historias. Y hay otros que te remarcan sus páginas, y más cuando están basadas en hechos reales. Esto es lo que me pasó en su día con este ensayo novelado que hoy traigo al blog. La terrible historia sucedida a Carlota Moran en el año 1974 y de la que aún hoy en día resuenan sus ecos, siendo uno de los fenómenos más documentado de la historia de la parapsicología
Frank de Felitta construyó este excelente, y tétrico, relato en base a una historia verídica que conmocionó la vida de una joven madre y sus tres hijos. La novela fue un éxito mundial y tuvo su secuela en película. Pero vayamos por partes.
Carlota Moran era una joven madre de tres hijos que residía en California. En aquel momento vivía del subsidio de desempleo y estudiaba en la escuela de secretarias. Una vida normal dentro de sus dificultades económicas y una relación de pareja no consolidada del todo con Jerry, aunque este tenía bastantes problemas con el hijo de Carla.
Todo iba en esa normalidad del día a día hasta que una noche Carlota es violada en su propia habitación por una fuerza invisible. Allí empezó para ella un calvario de violaciones, incomprensiones e incluso de juzgarla, y auto juzgarse, de si había perdido la cordura. Obviamente acabó en manos de psiquiatras que por mucho que hicieron por ella no conseguían dar solución al problema que la acosaba y que cada vez se producían con más asiduidad y violencia.
El equipo psiquiátrico dictaminó que Carlota podía sufrir erotofobia debido a las complicadas relaciones paternas y de pareja que había tenido en su vida.
Las casualidades, o causalidades, hicieron que Carlota conociera a dos estudiantes de parapsicología, Gene Kraft y Joe Mehan, que le dieron un nuevo giro en una investigación paralela capitaneada por la doctora en psicología Elizabeth Cooley.
Un grupo de parapsicólogos, entre los que había nueve fotógrafos profesionales, la acompañaron por las noches donde captaron con cámaras Polaroid halos de luz tras violentas manifestaciones de poltergeist. Bolas de luz que se juntaban y formaban un cuerpo en una luz verde amarillenta y un olor nauseabundo. Muchos parapsicólogos fueron testigos de estas materializaciones y sufrieron consecuencias psicológicas y físicas como miedo, náuseas, mareos y desmayos.
Todo esto nos hace remembrar al mito de los íncubos y súcubos de la Edad Media. Incluso Carlota sostuvo que se había quedado embarazada del Ente. Los ginecólogos diagnosticaron que tuvo un embarazo sin embrión. Un embarazo anembrionado. La pregunta es: ¿qué o quién fecundó el óvulo? En el libro se relata como el propio Ente le practica una especie de aborto que es espeluznante.
Cinco veces se mudó de domicilio y el Ente la seguía. Con el paso del tiempo las violaciones fueron remitiendo, pero durante muchos años vivió acosada.
Hay que recalcar que toda esta investigación acabó en un grupo interdisciplinar de científicos y parapsicólogos, que si bien sus relaciones y puntos de vista eran antagonistas, siempre tuvieron claro que la salud, seguridad y privacidad de la paciente era primordial. Frank de Felitta fue de los pocos, no siendo científico ni parapsicólogo, que pudo entrar en ese reducido grupo. Eso conllevó que debiera tener muchísimo tacto en la forma de escribir el libro y en la película que se hizo. Porque las incógnitas que surgen en el libro las resuelve la película y viceversa. Frank de Felitta siempre fue un apasionado de estos temas y su bibliografía y cinematografía son muy enfocados al mismo. Hay que incidir en que debido a la protección dada a la intimidad de Carlota Moran y su equipo médico los nombres tanto de la paciente y su médico principal fueron cambiados en el libro y la película, así como otros detalles como por ejemplo dónde residía. Años después trascendió que el verdadero nombre de Carlota era Doris Bither y que el nombre del doctor Gary Sneiderman era Dr. Taff.
Carlota Moran falleció en Julio
del año 2006.
Esta es un breve preámbulo que de esta historia para poner en contexto estos terribles hechos.
Personalmente el libro me parece de una factura literaria fabulosa. Muy bien redactado y con unas páginas que atrapan al lector desde el primer momento. La novela en sí crea su propio ambiente que nos lleva sobre el terreno de aquellos misteriosos sucesos de índole paranormal. Igualmente también es un libro que reivindica la lucha académica que se tiene por normalizar a nivel universitario la parapsicología a la vez que se enfrenta contra las ciencias exactas. Hay dos extensos capítulos en el mismo donde se desarrollan los enconados debates entre ambas disciplinas. Debate irreconciliable entre las dos partes que pasadas varias décadas aún sigue estando vigente, pese a que la parapsicología ha avanzado grandes trechos para ser, si no aceptada, al menos oída. Recordemos que todo esto sucedió en la realidad y que el autor magistralmente logra recrearlo en este libro. Todo lo que se lee en sus páginas, si bien está un poco modificado, fue extensamente fiel a la realidad.
Este es un libro para leerlo con mente abierta, pero a la vez crítica, porque son unos hechos de tal impacto emocional y físico en la protagonista y su entorno más cercano que dan mucho que pensar. Verse en tal tesitura y que nadie pueda dar una ayuda efectiva ante la misma debe ser una experiencia que va mucho más allá de lo traumático.
El libro tuvo su película, dirigida por Sidney J. Furie y estrenada el 4 de Febrero de 1982, aunque otras fuentes ponen que fue justo un año después supongo que en Europa. La película digamos que no tuvo el éxito del libro y creo que fue injustamente ensombrecida por coyunturas de fechas. En su estreno ya estaba en post producción otro título mítico del cine paranormal como era la tan recordada Poltergeist. Esta película dirigida por Steven Spielberg tuvo un fuerte marketing estrenándose en Estados Unidos un 4 de Junio de 1982 por lo que coincidieron durante un tiempo las dos en cartelera tanto en Estados Unidos como luego en Europa u otras zonas. Sinceramente les voy a confesar que siendo dos películas de temática similar, pero rodadas una de forma independiente de la otra, hay partes del guion que ponen de manifiesto el llamamiento reivindicativo de que la parapsicología debe ser una ciencia estudiada y aceptada a nivel universitario. Pero mientras Poltergeist tiene sus momentos tranquilos de cara al espectador “El Ente” es una película abrumadora y visceral. No da tregua al espectador pues va totalmente al grano.
Puntualizar que desde hace un tiempo se habla de un remake de esta película del que incluso llegó a rumorearse que James Wan sería su productor, pero no hay nada seguro a día de hoy. Seria interesante que este remake se uniera a James Wan, pues es un clásico del cine de terror con títulos de tanto éxito como la saga The Conjuring, Anabelle, La Monja o Insidious entre otras.
Pero no quiero ir más allá en la comparativa de ambas películas porque ambas son dos peliculones de culto que yo invito a ver, pues El Ente es un clásico del cine de terror injustamente olvidado. Prefiero en este escrito dar mi opinión sobre la película que atañe al libro que hoy referencio.
Querido lector/as yo siempre he sido una persona de las que primero lee el libro y luego ve la película. Obviamente siempre y cuando libro y película me interesen porque hay muchísimas películas que veo basadas en novelas las cuales no he leído nunca. Creo que eso es algo que nos pasa a todos.
Pero con “El Ente” hago una excepción. Te recomiendo que si eres persona muy susceptible a estos temas primero veas la película y luego si te interesa lees el libro. Y voy a exponer el por qué de esta honrosa excepción que hago.
La película en sí no tiene grandes efectos especiales. Como toda película basada en un libro su guion difiere del mismo por cuestiones de tiempo. Este es un film muy bien hecho y con unos parámetros a nivel psicológico muy bien estructurados para buscar generar un miedo al público, no al instante, aunque no da tregua en la tensión, sino pasadas horas o días. El miedo, las preguntas e interrogantes llegan al caer la noche en la soledad del hogar o de la habitación y empezar a pensar los hechos sucedidos a Carlota Moran y en revivir escenas de la película. Y más con la magnífica interpretación de Barbara Hershey.
Es un film con un grandísimo reparto con otra actuación sublime de Ron Silver interpretando al doctor Gary Sneiderman. Al igual que los personajes de George y Cindy, interpretados por Michael Alldredge y Margaret Blye, matrimonio amigo de Carla, que tienen muchísima más profundidad en el libro. Mientras que otro personaje como Jerry Anderson (Alex Rocco), prometido de Carlota, para entender su rol en la película hay que leer el libro. Jerry tiene una historia personal brutal.
Trailer (en inglés) de El Ente.
Pero no quiero desentrañar más el libro y la película. ¿Quién ganó al final la batalla? ¿Ciencia exacta o parapsicología? Pues yo opino que quedó en honrosas tablas. Y lo más importante ¿qué o quién era el Ente y sus secuaces? Tengo mis teorías, que por su puesto no desvelaré, pero que si el libro me pone sobre las mismas, la película me las confirma.
Esta es la aportación que hoy hago al blog siendo consciente de que es una historia bastante fuerte y no apta para todo el mundo bien como lector o espectador. Pero fue una historia que desde que llegó a mis manos en formato de libro a mí me atrajo y que siempre tuve claro que quería compartir esta historia en este blog.
Si ves el libro y te interesan estas temáticas no dudes en adquirirlo. O al menos, como expuse más arriba, ve la película y luego decide si internarte o no en la historia.
Saludos y buenos libros.
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