A medida que pasan los años como
bibliófilos vamos adquiriendo experiencias y anécdotas. Como pasa con cualquier
actividad nos vamos enriqueciendo en vivencias positivas, pero también
negativas. Y una de estas vivencias negativas es la que hoy quiero exponer.
¿Les ha pasado alguna vez percibir
un libro que enamora su portada y luego la historia les decepciona? A mí, hasta
ahora, me ha ocurrido cinco veces. No me quejo, pues no son muchas a lo largo
de tantos años de lector, pero parece que se nos quedan como espinitas en
nuestro corazón literario.
Por su puesto se dice el pecado y
no el pecador. Anecdóticamente, y omitiendo el título, voy a relatar lo que me
pasó con uno.
Eran los tiempos, allá en la
primera década de este siglo, que se puso muy de moda la novela histórica
basados en sociedades secretas, antiguos códices y demás. Tras la fuerte
irrupción del Codigo daVinci aparecieron centenares de libros de esta temática
los cuales se vendieron muy bien y dejaron pingües beneficios económicos y
literarios. Cada semana iba a un centro
comercial y hasta de lejos se me iba la mirada a este libro en concreto. Y yo
me decía es que parece que lo ponen ahí para mí. En diversas formas colocado,
pero siempre se me iba la vista. Esto fue así durante meses. La portada me resultaba
muy atrayente pero no estaba en intenciones de adquirirlo. Hasta que un día me
dije voy hacerle una pequeña marca al libro a ver si es el mismo volumen de
siempre o es que este título lo están vendiendo bien y los están reponiendo con
asiduidad siendo manía personal que se me van los ojos hasta de lejos. De forma
totalmente disimulada le hice un pequeñísimo rasguño a su última página. Me
dije si la próxima vez que venga está aquí y es el mismo me lo llevo. Y así
fue. Volví a semana siguiente y era el mismo. Total, que lo compré.
Como digo una portada completamente
atrayente pero una historia tediosa, y encima extensa, a más no poder. De esos
libros que parece que no avanzas en su lectura y que es una odisea acabarlos.
Una decepción enorme que como lector te enseña que no siempre una buena portada
significa una buena historia. Por su puesto es muy difícil llegar a un
razonamiento veraz de si el libro te gusta o no porque los libros bien se compran
por referencias que se leen o recomendación de conocidos, tu librero, etc… o
bien porque la portada te gusta. Y no siempre se acierta.
La portada es una de las
principales cartas de presentación de un libro y es ella la que muchas veces
nos engancha. La imagen vende. Eso se aplica muy bien a este tema. Hay muchos casos
como los que me han pasado a mí, pero afortunadamente hay otras veces, muchas
más, donde la portada e historia van en perfecta armonía. Así mismo infinidad
de veces se conjugan libros con una portada de lo más sencilla y discreta pero
que contiene una fabulosa historia. A fin de cuentas, las portadas de los
libros son como la vida misma.
¿Y a ti te ha sucedido lo que a mí?
Saludos y buenos libros… ¡y
portadas!