sábado, 25 de noviembre de 2023

El bazar de las sorpresas.


 

Se van acercando fechas navideñas y mi galena, hace mucho que no hablaba de ella, es mucha galena. Hace tiempo hemos tomado por costumbre una serie de recomendaciones de películas navideñas. Bueno, ella me las recomienda a mi porque estas fechas no me son nada especiales. Soy un híbrido entre el Grinch y Krampus. ¡Soy la resistencia!

Pero ella siempre aprovecha estas fechas para intentar imbuirme en el espíritu de Navidad, así que hoy reseño el film El bazar de las sorpresas, basada en el libro La Perfumería del escritor húngaro Miklós László.

Bonita película del año 1940 protagonizada por James Stewart (un genio de la interpretación) y Margareth Sullavan. Una historia navideña, pero al estilo de las películas de aquella época con sus luces y sombras de la condición humana y un profundo sentido humanista.

En ese bazar se respira pura magia. Sin estridencias, malos vocabularios ni escenas soeces.

Muy recomendable. De ese tipo de películas que vale la pena ver fuera de las historias que hoy nos vende Hollywood y las plataformas digitales y que sinceramente no me agradan, salvo honrosas excepciones. Es más real el mundo es esta historia de 1940 que en la superficialidad de hoy en día.

A ver cuál es la próxima receta de mi galena… Miedo me da porque se ha marchado enfadada conmigo porque le dije que no me diera la lata un rato que tenía que escribir esto. Me respondió que la he echado de mi sábado…

No puedo, ni quiero, echarla de mi vida cómo para echarla de mi sábado. Seguro que acabará vengándose con algún vídeo de Mariah Carey...

Saludos y buenos libros… ¡Y películas!

martes, 21 de noviembre de 2023

Con suerte... en Navidad.

 


Género: Novela.

Autora: Mayte Esteban (España).

Año de publicación: 2021.

«Gerardo Sánchez levantó el teléfono de su despacho y marcó un número. Unos segundos después, el teléfono móvil de su joven ayudante, Andrea Hervás, empezó a vibrar en su bolsillo. En esos momentos, Andrea trabajaba en los sótanos del edificio que ocupaba la galería de arte, concentrada en organizar la disposición de las obras que iban a exponer la semana después de Navidad.

Casi había olvidado que no estaba sola en el mundo y que alguien podría requerir su presencia, por eso puso un gesto de fastidio al sentir que alguien la buscaba…»

Encantadora novela la que reseño hoy de la autora Mayte Esteban. Libro nacido de la coyuntura de aquella rara y triste Navidad del año 2020 y que era un regalo para su madre, Teresa, que al final, y felizmente, derivó en un libro.

Lo he disfrutado enormemente, pues la historia de Andrea es como sumergirnos en aquellas comedias navideñas que fueron tan memorables en el cine de la década de los años 90 y principios de este siglo.

La protagonista ha de acudir a un pueblo castellano (Grimiel) a valorar e intentar adquirir un cuadro de Murillo. Allí le suceden una serie de acontecimientos que la sumergen en un mundo para ella desconocido como es la de los pueblos pequeños donde todos son como una familia.

Una novela con unos personajes que es imposible no quererlos. Angustias y Luisa, dos mujeres de armas tomar, Marcos (algo ingenuo) o un urbanita histriónico como Gerardo… También a Lucia y Carlos (son uña y carne) …Y claro, el personaje principal, Fernando… Pero si quieres saber la historia y el nexo común entre todos ellos tendrás que leer el libro.

No soy asiduo de este tipo de literatura, y menos si es navideña, pero este libro, pese a los duros momentos en que fue escrito, tiene un encanto especial para quienes somos unos diezmados y damnificados del amor. Al menos así lo siento.

Su lectura no nos deja impasibles ante Andrea y Fernando y de cómo ese hilo invisible que une dos almas en la inmensidad cósmica acaban conociéndose.

Tiene una lectura muy amena, fluida y con momentos entrañables y llenos de humor. Pero no todo es “pasteleo” en sus páginas. Igualmente se nos muestra la soledad, la pérdida de seres queridos, la maldad de personas que se aprovechan de otras y la triste realidad de la España vaciada en ese bucólico pueblo ficticio de Grimiel.

Mi valoración 5/5

Saludos y buenos libros.

sábado, 18 de noviembre de 2023

Flores de verano.

 



Género: Ensayo novelado (aunque yo diría que es ensayo).

Autor: Tamiki Hara (Japón).

Año de publicación: 1947.

«Nevaba. Delicados copos de nieve en polvo caían desde la mañana. El viajero, que había pasado la noche en la ciudad, fue caminando hasta el río, cautivado por la nieve. El puente de Honkawa se hallaba muy cerca de donde se hospedaba. Hacía mucho tiempo que aquel nombre, Honkawa, no acudía a su mente. Parecía como si los recuerdos de sus años de estudiante de secundaria siguieran impregnando aquel lugar. La nieve en polvo hacía que su vista, ya de por sí fina, se aguzase. Se detuvo en mitad del puente y miró hacia la orilla, en la que avistó un cartel anticuado en el que se podía leer: «Honkawa Manjū». De repente tuvo la impresión de que volvía a sumergirse en el fascinante y apacible paisaje de antaño. Mas, de pronto, afloró en su interior un escalofrío que fue incapaz de controlar. En aquel momento de paz perfecta, bajo la nieve, una visión del más espeluznante apocalipsis cristalizó en su mente. Lo consignó todo por escrito en una carta y se la envió a un amigo que vivía en la zona. Después abandonó la ciudad y emprendió un viaje que lo llevó a tierras lejanas…»

 

Esta es una de las reseñas que más me ha costado redactar en este 2023. No sabía, ni sé, qué palabras utilizar para ello.

Hace unos meses se estrenaba la película Oppenheimer y a la vez se daba difusión a Flores de verano, libro que hasta hace prácticamente nada no tenía traducción al castellano.

Es una obra no muy extensa, pero totalmente cruda. No está escrita con adornos ni florituras, sí con cierto tono poético, queriendo suavizar lo ocurrido, sino a la manera que se vivieron las circunstancias de la destrucción, el horror y lo mejor y peor de la condición humana.

¿Pero qué circunstancias se relatan?

Flores de verano (obra ganadora del Premio Takitaro Minakami) es la vivencia en primera persona de Tamiki Hara de las semanas previas, fatídico día y tiempo después de la caída de la bomba atómica en Hiroshima. Él pudo contarlo como superviviente, pero acabó de marcar una vida ya de por sí bucólica y depresiva (se suicidó en el año 1951). Aparte de que sufrió durante años la censura que prohibía a los japoneses publicar ningún tipo de escrito sobre la guerra.

El autor se hallaba en Hiroshima el día 6 de agosto de 1945 a las ocho y quince minutos, momento en que estalló la bomba. Estaba en casa de su padre, situada lo suficientemente lejos del lugar de la explosión, gracias a lo cual pudo sobrevivir.

En ese ambiente caótico hubo gente en el mundo de la literatura que tuvieron claro desde el primer momento que aquello debía ser contado de forma rigurosa dejando testimonio sobre algo que nunca más, en ningún lugar del mundo, debería volver a sufrir.

Al cabo de los años nació en Japón un subgénero literario llamado genbaku bungaku, la «literatura de la bomba», escrita por hibakushas, supervivientes de la bomba atómica y por otros autores que, si bien no vivieron personalmente aquella experiencia, sí tuvieron un conocimiento directo de cuanto sucedió. Entre ellos se encuentran Takashi Nagai y su impresionante Campanas de Nagasaki, Ōta Yoko con Ciudad de cadáveres, Masuji Ibusa con Lluvia negra, Ineko Sata con Cuadros sin colores, Hiroko Takenishi con El rito, Kyōko Hayashi y El tarro vacío, Katsuzo Oda con Cenizas humanas, Mitsuharu Inoue con La casa de las manos o Tōge Sankichi con Poemas de la bomba atómica. Hay más, pero estos son los principales.

A Flores de verano le siguieron dos obras: Chinkonka (Salmos para consolar el alma de los muertos) y Shingan no kuni (El país que mi corazón desea), publicadas ambas en 1951, meses después de la muerte del escritor.

Mi valoración es de un 5/5. Pero con la sensación al concluirla de que tiempos jodidos se vivieron y parece que cada vez más se quieren volver a repetir.

Saludos y buenos libros.