Confieso que hoy no iba a publicar ninguna reflexión. Llevo una semana muy liada, con varios escritos pendientes y me es más factible empezar a redactarlos cuanto antes a sobrecargarme aún de más escritos.
Ayer nos enterábamos del fallecimiento de Vangelis y expresé por ello mi tristeza en las redes sociales. Vangelis sí o sí tendrá un escrito en los blogs, pues su música ha sido, es y será, una parte fundamental de los mismos.
Esta mañana bien temprano una persona me dejó este mensaje en el privado del Facebook. La verdad es que lo tuve que leer tres veces, pues quería saborear cada palabra escrita, cada frase y el sentido espiritual del mismo. Son de esos mensajes comunicados por seres de luz que tocan el alma y te alegran el día.
No soy muy proclive a contar mis cosas. Básicamente porque no creo que sea menester ni importante para el contenido que yo quiero trasmitir. Pero de manera superficial comentaré que a esta persona la conocí por cuestiones colaterales de varios escritos del blog que a ella le tocaban directamente. De esas almas que llegan sin hacer ruido, pero que traen en sus alforjas una forma de ser que te eclipsa. Alguien que por educación, espíritu, sentimientos, bondad… está muy por encima de la mediocridad imperante en estos oscuros tiempos. Incluso una persona tan de saber estar que llevaba meses siguiéndome en las redes sociales, aunque eso era mutuo, y no había entrado supongo por el hecho de cierta timidez o creerse molesta. Supuestos conceptos muy lejos de la realidad, pues son este tipo de lectores/as los que yo busco.
Lo que no esperaba es que me saliera tan admiradora. Tan de palabras amables y ánimos. Y no sólo en el caso que hoy atañe. Aunque no puedo compartir sus aseveraciones, pues soy muy mediocre en lo que trasmito y los trabajos que realizo en los blogs. Se ve el trabajo final, pero no las horas o días previos que conlleva realizar cada publicación. Las horas robadas al sueño y al tiempo libre. Los sacrificios y enfados que conllevan el generar contenido y que no son remunerados, porque estos proyectos fueron pergeñados para unos fines superiores al lucrativo. Por eso cuando llegan mensajes como el de esta mañana uno ya se siente enormemente recompensado. No en lo material, pero sí en lo espiritual. Porque los remiten personas que valoran lo que haces sin esperar nada a cambio. Y encima notas la enorme sinceridad en sus palabras. Esa es la gente que a mí me interesan. Porque son seres, que al igual que la música de Vangelis, están en un nivel superior de conciencia cósmica y espiritual. Estas son de verdad las cosas que hacen que los blogs sigan adelante. A mi no me interesa ni la foto de cara a la galería, ni las elites o el estar arrimado al poder. Eso para mi es despreciable. Porque sé que ahí se sitúa el estanque de las vaguadas de la ignorancia. También de la riqueza. Pero no de esas riquezas que yo anhelo.
Francamente no sé si mentalmente este mensaje me pilló esta mañana con la guardia baja y me ha tocado el corazón, pero me ha envuelto. No podía por menos que buscar la forma y momento de escribir estas palabras, que sé que la aludida las leerá, y expresarme mi enorme agradecimiento por ello como ya se lo expresé en privado. Porque sé que son palabras sinceras y que vienen de una persona que sabe que no le hace falta conmigo falsas e hipócritas adulaciones, y si ella cree que me adula me resulta gratamente encantadora, pues sabe que de mí no puede obtener redito alguno ni le sirvo de nada para fines lucrativos. Aparte de que no la veo en tas oscuras confabulaciones. De otras personas que han querido aprovecharse de mis páginas y trabajos no puedo decir lo mismo. Esos hace tiempo que los dejé en las mencionadas vaguadas de la ignorancia… y el dinero… Pero esta persona sí es diferente. Son los motores y combustibles espirituales que hacen que el engranaje funcione y se pueda seguir avanzando.
Muchísimas gracias por este mensaje, pues sabes que no tengo palabras para agradecértelo. No sólo por el hecho del propio mensaje en sí, sino por su contenido intangible que sólo personas de un nivel superior pueden redactar… Tanto que me quedo sin palabras con las que cerrar esta improvisada reflexión de hoy. Pues al igual que me has dejado sin palabras me has colmado el corazón.
Gracias.
Y ya por hoy no escribo más, pues me he sacado de la nada dos escritos. Bueno… si son escritos como los de hoy siempre valdrá la pena arañarle tiempo al tiempo.
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