sábado, 30 de abril de 2022

Saludos del mes de Abril de 2022.

Día 1 de mes y tocan los saludos a todos loes lectores/as de La Biblioteca Hiperbórea. Estoy muy contento con los registros de este mes de Abril de 2022, pues han sido los mejores desde que el pasado mes de Diciembre creé este blog. No es mi humilde intención sino el seguir creciendo y poder compartir mis reflexiones sobre esas joyas literarias que poseo y que tanto bien me han hecho.

 


 

Estos son los correspondientes saludos. Desear a todos los lectores/as de este blog un feliz mes de Mayo y que llegue la paz mundial.

Saludos y buenos libros.

Barcelona (España), L'Eliana-Valencia (España), La Orotava-Canarias (España), Mazo-La Palma (España).

Alemania, Bélgica, Francia, Hungría, Irlanda, Luleå- Norrbottens län (Suecia), Portugal, Reino Unido.

Canadá, Forest City-Carolina del Norte (Estados Unidos), México, Uruguay, Venezuela.

Número de zonas registradas:

Continentes: 2
Países: 9
Municipios/ciudades: 6

 

Los cuatro países con más visitas de este mes son:

1º España.
2º Alemania.
3º Estados Unidos.
4º Portugal.

 

Los tres escritos más leídos este mes son:

viernes, 29 de abril de 2022

No estamos hechos para todo tipo de libros.

 



Es este el mes por excelencia del libro, aunque debería ser siempre, y quería lanzar en este último viernes de Abril una pequeña reflexión en base a ésta frase de Borges.

Indudablemente no estamos hechos para toda clase de libros, por mucho que nos empecinemos en lo contrario. Si aburre, es tedioso y demás es que esa historia no fue escrita para nosotros. No pasa nada. Hay más días y más libros por leer. Fascinantes historias que están esperando ser descubiertas y que pueden hacer una lectura amena y llena de aprendizajes. Eso bien lo sabemos los que poseemos biblioteca con miles de volúmenes leídos en nuestro marcador.

Los libros son como las personas. Unas te fascinan desde el primer segundo y otras pasan años y no te aportan nada. Ese es un misterio espiritual que comparten personas y libros. Por eso cuanto más conoces a las personas y más lees mayor sabiduría adquieres.

Rodéense siempre de buenas personas y buenos libros. No es tarea fácil, porque a veces la vida te las entrega mal dadas. Pero eso es parte del camino iniciático al conocimiento de la condición humana. Yo he aprendido más con una amena conversación o con un simple libro de ficción que con trimestres enteros de estudios.

Y como todo en la vida, empezando por personas y libros, hay que saber conservar, pero también soltar a aquello que no nos colme espiritualmente. Como bien decía Borges, él siempre tan sabio, la lectura debe ser una forma de felicidad.

Saludos y buenos libros.

sábado, 23 de abril de 2022

Los Libros. Esos tesoros en papel.

El Quijote. El más insigne libro en lengua castellana e imagen icónica de España. Con él, Miguel de Cervantes alcanzó la inmortalidad.

 

Hoy es San Jorge y también el Día del Libro. Los que siguen con asiduidad este blog habrán comprobado que de vez en cuando hago alguna cita de algún libro, doy algún título, suelo fotografiar la portada del libro y demás. Creo que cuando tenemos un blog, sea de cualquier temática, es muy importante documentarse del tema a escribir porque eso enriquece el texto y su posterior lectura. No significa esto que yo empezara a leer libros cuando inicié este blog. Cuando eso ya servidor tenia en su biblioteca algunos miles de libros.

En los últimos tiempos, hablando en forma general, suelo leer mucho ensayo. Hay una frase que dice que el saber no ocupa lugar. Pienso que el que dijo eso pocos libros leyó en su vida. Porque el saber sí ocupa lugar. Y dinero. Pero cuando a uno le gusta leer, y eso lo comprenderán bien las personas que amen la lectura, el tener una biblioteca no es solo tener libros. O visto desde una idea más simple, el tener papel acumulado. El tener una biblioteca es otra cosa de dimensiones cósmico-espirituales. Eso tener una parte de la casa sacralizada. Un rincón solo para el lector y sus libros donde ambos entran en otro mundo. Porque es un pequeño templo de la cultura. Uno a veces mira y dice tremenda cantidad de espacio ocupada. Y cuando ya los estantes se van abigarrando de libros nos hacemos el interrogante de ¿y qué hago? Es una mezcla entre orgullo y preocupación. Hace poco oía a una influencer del mundo de la decoración decir que no se debían tener más de 30 libros en una casa. Sí señora mañana mismo voy y los tiro al contenedor del papel porque es la moda. Pero en fin cada uno sabrá sus cosas.

Pero no quiero que este escrito se ciña a hablar de mi biblioteca. Porque les aseguro que no hay dos bibliotecas iguales y en cualquier lugar hay cada biblioteca particular que ya me gustaría tener esos libros. Hace unos meses caminando por el Casco antiguo de mi pueblo vi una ventana abierta a nivel de calle. Que magnifica biblioteca antigua… Yo no salté la ventana por ser delito. Pero me hubiera encantado haber pasado unos minutos oteando lo que contenían aquellas estanterías… Santuario de la cultura…  Pero quiero también hablar del libro en general.

Al mundo del libro por desgracia, cómo a todo en esta sociedad, ha llegado el mercantilismo, pero ya no de la forma natural de querer sacar beneficios, sino del vil mercantilismo. Empiezo así de claro porque el universo del libro ya no es lo qué era. Naturalmente se escribe y edita para ganar dinero. Pero veo cosas que no comprendo. Una, por el cambio tan drástico de las filosofías de ventas de las editoriales, y dos, por el salto del libro al mundo digital. Personalmente creo que hay muy buenos escritores pero que muchos trabajos se están quedando durmiendo un sueño injusto en gavetas al no tener los profesionales de la escritura posibilidades de que se publiquen sus obras. Y esto lo digo porque cada día veo en el mercado más libros escritos por políticos y vividores que libros escritos por quienes de verdad tiene vocación de escribir. Porque para escribir indudablemente hay que tener vocación. Obviamente las editoriales son privadas y allá ellos. Pero creo que deberían hacer una reflexión de lo qué de verdad se publica y a quién se premia. Por eso admiro a esas editoriales pequeñas que se la juegan y publican libros de autores nuevos y humildes.

El noble arte de escribir es algo que a mi me suscita un gran respeto. No todo el mundo puede serlo. Yo el primero que ojalá tuviera talento para ello. Pero el generar contenido y con ello estructurar una historia no es tema baladí. Para eso hay que tener buena manera y saber pulirse muy bien. Un buen escritor puede triunfar y vivir de ello. Aunque muchos/as son los llamados y pocos los elegidos.

En estos tiempos de las editoriales dicen que se están reinventando, pero oyendo lo que se oye de los precios que pagan por un libro a gente sin talento para la escritura, posiblemente les escriban hasta el libro, pues a mí me repugna que se hayan descartado tal vez 3 buenas publicaciones para publicarle un libro a un farsante. Sea político, empresario, famoso, etc. Y encima los precios de los libros carísimos. Con una calidad de papel a medio y largo plazo fatal. Sea cual sea la editorial ¿saben que un libro estando en un lugar a temperatura ambiente y aunque esté bien cuidado su vida es de 70 años?  A todos nos ha pasado de comprar un libro y en menos de un año empezar a amarillearse sus páginas. Pero me hace gracia que luego tengo publicaciones con más de 50 años y están los bordes de las páginas algo amarillos, que es natural, pero el interior perfecto. Pero eso sí, un buen libro de tapa dura no lo consigues por menos de 20 €. Y se amarillean todos. Con lo cual parte de mi biblioteca puede perderse en unas décadas. Pero lo dicho, las editoriales que hagan lo que quieran.

Aparte de las editoriales están luego los escritores. Naturalmente, cómo en todas las profesiones, hay escritores mejores que otros. Hay quién escribe un libro y es un fenómeno mundial. Hay quien escribe diez y nunca acaba de triunfar. Yo he tenido grandes decepciones con este tema. Comprarme un libro que no me llena y defraudarme.

Personalmente considero que tengo pequeños tesoros con los libros. Unos tendremos más volúmenes, otros menos y de temáticas distintas. Seguro que en muchos libros coincidiremos, pero como dije más arriba no hay dos bibliotecas iguales. Tengo la suerte de tener una biblioteca, como yo siempre digo, comprada, heredada y regalada. Por lo cual me ha permitido tener acceso a volúmenes ya inexistentes o difíciles de conseguir. Tenía un profesor que decía que lo ideal es que de cada 10 libros que se lean 7 sean ensayos, 2 biografías y 1 novela. Pero que la cruda realidad es que se leen 9 novelas y a lo sumo 1 ensayo o una biografía. No manejo estadísticas, pero intuyo que vender ensayo es cosa complicada. Porque el gusto del lector va más enfocado hacia la novela. Hay gente que se va haciendo una biblioteca paulatinamente a base de las últimas novedades. Otros pues tenemos mezcla de todo un poco y ya las grandes bibliotecas suelen ser libros en su mayoría antiguos. El problema es cuando el libro se “muere”.

Digo que se “muere” porque todo libro cuando se descataloga las editoriales tengo entendido que se quedan con 10 copias y el resto lo reciclan. Antes directamente los incineraban. Y ya esos libros solo quedan a nivel de stock en las librerías y alguna distribuidora. Luego están las personas que compran libros, los leen y se quedan en una librería cogiendo polvo. Esa es otra forma de muerte que tiene el libro. Porque cuando lo lees, pero después no lo relees, lo consultas o le das alguna función cultural ese libro queda desahuciado.

La forma de distribuirlos es fácil. Se deja el libro en cualquier lugar céntrico con una nota explicando que ese libro no puede morir en una biblioteca y que si a mi no me ha gustado su historia tal vez a ti sí te llene. Hace un tiempo estuve meditando el desgajarme de forma masiva de una parte de mi biblioteca personal. Cómo he dicho de libros que a mí no me han llenado pero que no quiero que “mueran”. Pero luego llegué a la conclusión de ¿vale la pena hacerlo? Primero porque no tengo muy claro si ese libro llegará a dónde quiero que llegue. Que es a las manos de un lector interesado. Porque si dejo el libro en cualquier lugar y nadie lo quiere ese libro lo recoge el barrendero, que también lo puede leer, o acabar en el correspondiente containe de reciclaje. Y otra de las cosas que me echó para atrás fue si de verdad estoy dispuesto a desprenderme de parte de mis libros. Aun admitiendo de que no me han llenado. A los bibliófilos nos cuesta mucho despegarnos de los libros. Yo ni siquiera presto (eso es sacrilegio y por tanto anatema). Tampoco pido prestado. Muchos/as somos fetichistas a más no poder. Los ordenamos por temática, orden alfabético… Que si ensayo, novela, biografía… Cada cierto tiempo los sacamos de los estantes, los limpiamos.  Los consultamos, buscamos referencias y un largo etc de esos amantes en papel que tenemos. ¿Qué le vamos a hacer? Oor eso yo deseché aquella idea.

Mi idea era dejarlos por varios puntos y subir la imagen a las redes sociales y el primer interesado que llegara se lo quedara. Aparte de que sería una buena forma de retroalimentación porque si muchas personas hacemos lo mismo a lo mejor tú te llevas mi libro y yo el tuyo. Y empezamos entre muchas personas una circulación de intercambio callejero de libros que personalmente creo que aporta mucho a nivel cultural. Si veo que alguien lo hace prometo mover ficha. Anímense si tienen libros en casa y no saben qué hacer con ellos.

Hacerse una biblioteca es caro. Lo sé. Una vez compré un libro vía online, en aquella época el comercio electrónico estaba aún en pañales, y ni yo me di cuenta ni lo especificaba en la web (web muy famosa por cierto) y no se me ocurrió otra cosa que enviármelo a Canarias. Cuando llegó fueron 24 € tuve que pagar 20 € de aduana. Y ese es otro problema que tenemos aquí. Ahora estoy hbalando particularmente de mi Región.

Que hay múltiples publicaciones que no llegan al Archipiélago porque las distribuidoras y libreros no pueden hacer frente a los gastos de aduanas. Y encima para más fastidiar las editoriales peninsulares tampoco están muy por la labor de ceder en Canarias sus derechos de impresión. Con lo cual me obligan o a la compra online y a gastarme el doble, a la compra en webs generalistas de ventas o a ir a la Península y comprarlo allí en formato papel. Y a veces lo mejor es esta última opción pues las webs de ventas tampoco lo distribuyen hacia las islas. La verdad es que es un tema que el Ministerio de Cultura y los de Hacienda deberían remediar. Por eso digo que el libro electrónico tendrá sus defectos, pero también sus virtudes. Alguien compra un libro digitalizado lo sube a la red y ya todo el mundo accede a él.

No sé cómo serán los procesos actualmente de ventas porque sinceramente no estoy comprando libros catalogados en el presente. Quitando los que me han traído aun tengo pendientes de leer y ya mi nivel de lectura ha bajado. Leerme esa media que tenia entre 17 y 20 libros anuales pues ha menguado bastante. Y ahora esto no lo digo por hacer publicidad porque les aseguro que no gano nada y a la vez creo que estoy perjudicando a las librerías. Pero si quieren ampliar o empezar ha hacerse una biblioteca les recomiendo en estos tiempos que vayan a las tiendas de segunda mano. O ya si se lo pueden permitir pues acudan a las librerías de viejo en donde ya no hay gangas sino joyas. Eso sí, no hay nada como ir a tu librería de toda la vida de trato personalizado y ver el stock. Esto es un vicio caro, pero sanísimo. Para mí es algo que si perdiera mi biblioteca yo no sé si moriría, pero cogería cama por depresión seguro. No sé cómo definir lo que sentiría.

En definitiva, cuidemos los libros y démosles vida. Como dice un conocido mío llenémoslos de nuestras energías telúricas.

Se habrá dado cuenta lector/a que no he querido entrar a opinar sobre la literatura de manera más concreta. Ahí cada cual tendrá sus gustos. Eso daría para otra amplia publicación. Pero sí quería decir que los castellano hablantes nada debemos de envidiar a la excelente y extensa literatura foránea. Si los sajones tienen a Shakespeare, los franceses tienen a Víctor Hugo, los italianos a Boccaccio entre otros, nosotros tenemos a Cervantes y una larga lista de autores/as a lo largo de los siglos. Y debemos reivindicar la literatura y lengua castellana que es seña de nuestra identidad no sólo llegada estas fechas. Cada cuál tiene sus autores y libros de cabecera.

Feliz Día del libro y felicidades para los Jorge, Georginas y demás. Y si regalan hoy un libro y una rosa quedan como damas y caballeros.

Saludos y buenos libros.

viernes, 22 de abril de 2022

Adelante siempre.

 



Hace tiempo vi este cartelito por las redes sociales y me gustó la potencia y realidad de su mensaje.

Hay que buscar siempre a la persona que te saque de tu zona de confort. Pero cuidado, que te saque de dicha zona respetando tu forma de ser y pensar. Nada de locuras donde te sientas fuera de lugar. Por eso es importante el concepto de almas gemelas en contraposición con el concepto de los polos opuestos se atraen.

Sinceramente creo que los polos opuestos se atraen cuando hay de por medio sólo una tensión sexual. De resto son lo que son. Opuestos.

Pero cuando son almas gemelas es de agradecer esa persona que dice venga vamos a tirar para adelante que podemos ir a más. A consolidar más la relación, el afecto, la convivencia, etc y no quedarse ahí como estancados en una relación de besitos. E incluso ir a una mayor paz y tranquilidad es salir de la zona de confort.

Que pudiera ser que esa relación de besitos sea lo que colmen las aspiraciones de esa pareja. Aunque eso corre el riesgo que se entre en el tedio de la monotonía y destruya la relación.

Hay que ser muy cauto cuando la relación se la quiere llevar a más. No se entienda esa frase de “salir de la zona de confort” con otro tipo de experiencias que en vez de arreglarlo lo que hagan es destruir la relación. Conozco a varias parejas, que contra todo pronóstico, se rompieron bien por no querer salir de dicha zona o por querer llevar ese confort a lugares que no correspondían.

Al final esto es lo de siempre. Encontrar a tu alma gemela que te lleve al éxtasis del amor y la tranquilidad es un tema difícil. Benditos aquellos que tengan el amor en su vida porque de ellos es el reino de la felicidad. Y ya si tiene intelecto y una sonrisa encantadora te has ganado el Cielo en la Tierra.

Los besitos mejor para los que basan el amor en el saldo de la tarjeta de crédito.

Saludos y buenos libros.

miércoles, 20 de abril de 2022

¿Libro en papel o formato electrónico?

                               El gran dilema que divide a bibliófilos puristas y liberales 📖 vs 📱
                               Yo soy un quintacolumnista trascendido y leo en ambos formatos.                   
                        Imagen: https://medialab.unmsm.edu.pe/chiqaqnews/libros-digitales-o-libros-fisicos/


Dice el refranero que para gustos colores. Y esto se puede aplicar bien al tema de hoy. ¿Libro en papel o saltamos al formato electrónico? Aquí se mezcla de todo: romanticismo, falta de espacio en casa, portabilidad, concepto medioambiental, gustos propios, gente con ideas hibridadas… Se va acercando el Día del Libro y con el paso de los años también cambian las tecnologías, los hábitos de lectura y los soportes en los que leemos. Aunque esta tecnología lleva ya algunos años entre nosotros hoy quiero dedicarle esta pequeña reflexión.

En mi caso particular abogo por ideas “hibridadas”. Por una parte soy un romántico del libro. Por tanto, necesito el formato papel. Algo tangible que pueda tocar, oler, pasar sus páginas. También tenemos un punto de orgullo porque nos gusta una biblioteca al uso como se lleva haciendo durante milenios desde la época del pergamino. Pero por otro lado soy defensor del formato electrónico. No ocupan espacio, no hay consumo de papel en su edición, es un libro que lo puedes manipular de formas más invasivas que un libro de papel (yo odio eso de subrayar libros de papel), y diversas opciones más. Y también hay otro tema donde el libro formato electrónico me parece muy bueno como es en aquellos títulos ya descatalogados, y muy difíciles de conseguir un tomo en papel, que a veces sí que están en formato electrónico. Sé que no es esta una afirmación muy favorable para los escritores. Pero hay libros que son imposibles de obtener en papel y que luego sí están en formatos PDF. Aquí, como en diversas industrias de ocio y cultura frente a la “cultura” de la descarga hay una guerra abierta que es muy difícil que se pacifique. Por un lado, la digitalización hace que se pueda acceder a títulos con décadas de publicados que como digo ya no se pueden conseguir en nuestra librería de siempre, librerías de viejo o webs especializadas y esta es una buena opción. Lo que me parece deleznable es que un autor presente un libro y a los dos días ya esté rulando por sitios de descargas. Esto hace un daño terrible a la industrial literaria. Me achacaran el precio de lo libros. Y no les falta razón, pero siempre se pueden adquirir formato tapa blanda, de bolsillo o electrónico.

Creo que en los próximos años el formato papel no desaparecerá, pero sí que menguará. Creo que el futuro será comprar libros en versión electrónica desde grandes páginas webs hasta la librería de toda la vida. La concienciación medioambiental, las tecnologías existentes y las nuevas que deparan el futuro más cuestiones de espacio llevaran a esa transición, no sólo ecológica, sino también social. Para una parte de los lectores será el paso normal en base a nuestra tecnología. Para otros una especie de pecado. Al final todos tienen razón. Pero no creo que a corto y medio plazo desaparezca el formato papel. Vivirían muchísimos años en confluencia hasta que el formato electrónico se imponga. Pienso que luego el libro tradicional será cosa de bibliófilos con fuerte toque de romanticismo y lectores de librerías de viejo y webs enfocadas a tal fin. La verdad es que yo estoy situado en ambas vertientes. De manera teórica, pues sigo prefiriendo el papel. Pero asumo que la venta de libros con el paso de las décadas cambiará en su formato. No será ni mejor ni peor, sino diferente. La misma historia dada en otra modalidad. A lo mejor si pudiéramos viajar al pasado y mostrarles el mundo digital y después pregustarles a aquellos bibliotecarios akásicos de formato en pergamino nos hubieran dicho ¿digital? ¡esto es maravilloso! Como ahora podemos preguntar a nuestros contemporáneos y dirán los que pasen de cierta edad el libro en papel de toda la vida y los que no sobrepasen otras edades dirán el futuro es digital.

Llamadme romántico, idiota que no protejo el medio ambiente y prefiero un gasto de papel, o lo qué quieran. Pero yo necesito el libro en el formato de toda la vida. Necesito el tacto del papel, el poder pasar sus páginas, el poder hacerle una marca para una reseña, el marcar esa página con un trocito de papel pegado… Yo sé que todo eso con el formato electrónico se puede hacer. Pero lo siento, no es lo mismo. Y que conste que estoy encantado con la tecnología imperante. Pero en lo referente a los libros soy inamovible. El otro día oí a un librero decir que posiblemente en dos generaciones el libro en formato en papel desaparecerá. Para mí personalmente si aún estoy vivo será una tragedia.

Pero igualmente me preocupa que la verdadera enfermedad terminal del escritor, y por tanto del libro, sea el mundo digital. Porque llego a la siguiente conclusión. Si un libro ya te lo dan digitalizado lo que se va es más rápido a extenderse por la Red. A un clik de segundo está ese libro que a su autor le llevó meses escribir y a la editorial un dinero importante invertido. Yo creo que con la digitalización se está perdiendo dinero. Porque lo que ahorras en un formato físico lo estas perdiendo por la piratería. Y como ya se ha demostrado de nada valen las medidas de seguridad, los códigos y todas estas historias. Otra cosa de las que deberían reflexionar autores y editoriales.

Es este un tema complejo de abordar pues entrar en liza diversos factores y gustos personales de los lectores. Desde los más puristas hasta acabar por los hiper tecnologizados. Al final todos llevamos razón en nuestros planteamientos. ¿Y tú en qué formato lees libros?

Saludos y buenos libros (en el formato qué sea).